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Cómo cultivar lavanda en maceta. Consejos y Cuidados

Cómo cultivar lavanda en maceta. Consejos y Cuidados

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La lavanda es la hierba aromática favorita de muchos jardineros, y por una buena razón. Cuando está fresca, su color y suave fragancia pueden impregnar su jardín y cuando se seca el perfume se transfiere a su hogar. Pocos pueden resistir sus encantos. Desafortunadamente, pocos viven en un clima similar a su hogar mediterráneo cálido y arenoso. Si tus inviernos son demasiado fríos o tu suelo es demasiado denso, o incluso si solo quieres esa fragancia más cerca de casa, es muy buena idea cultivar lavanda en macetas. Sigue leyendo para aprender sobre el cuidado de la lavanda en macetas y sobre cómo cultivar lavanda en contenedores.

Cultivo de lavanda en maceta

La lavanda se puede cultivar a partir de semillas o de esquejes. Las semillas deben colocarse sobre un suelo arenoso y cubrirse ligeramente con una capa de perlita. Deberían brotar en dos o tres semanas. Los esquejes deben tomarse de las plantas justo debajo de un nódulo (donde un conjunto de hojas se unen al tallo), se sumergen en la hormona de enraizamiento y se plantan en un suelo cálido, húmedo y arenoso.

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Para cultivar la lavanda en maceta, es importante elegir el contenedor adecuado y la mezcla para macetas ideal. A la lavanda no le gusta estar en un lugar húmedo, pero sí necesita agua. Esto significa que un buen drenaje es esencial para el cuidado de la lavanda. Elije un contenedor que tenga muchos agujeros de drenaje. Si solo tiene uno o dos, perfora algunos más.

Si planeas cultivar lavanda en interior, necesitarás un platillo para atrapar el agua, pero evita las macetas con platillos adheridos al fondo. Elije una mezcla para macetas arenosa, alcalina y bien drenada.

Cuidado de la lavanda

Los cuidados de la lavanda en maceta son simplemente tres: temperatura adecuada, la exposición al sol y el riego adecuado. Afortunadamente, nada de esto es muy riguroso.

Coloca tus plantas de lavanda cultivadas en contenedores en algún lugar que reciban pleno sol  (al menos 8 horas por día) y riégalos con moderación. Permite que el suelo se seque entre riegos, pero no permitae que se seque tanto que la planta se marchite.

A la lavanda le gusta el calor, y muchas variedades no sobrevivirán a un invierno frío. La ventaja de cultivar lavanda en macetas es que se pueden mover para evitar condiciones extremas y por ende peligrosas. Cuando las temperaturas comienzan a caer, entre las plantas de lavanda para que resistan el invierno colocándolas en una ventana que reciba pleno sol y si en verano hace mucho calor, entonces tus lavandas se beneficiarán de recibir el sol de la mañana y sombra por la tarde, sobre todo a mediodía.

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